Culturalmente el fútbol, era un deporte popular, que aún en la actualidad lo sigue siendo. Se aceptaba que lo jueguen solo los varones, desde finales del siglo XIX en Inglaterra. En 1894, Nettie Honeyball, una activista de los derechos de la mujer, fundó el primer club femenino, denominado ‘ British Ladies Football Club. Honeyball, declaró que con esto quería demostrar que la mujer podía emanciparse y tener un lugar importante en la sociedad y representación en el Parlamento.
A partir de ahí comenzaron una serie de obstáculos para que las mujeres no integren el mundo del fútbol. En 1902, la Federación Inglesa de fútbol prohibió el fútbol de mujeres y jugar contra equipos femeninos, en 1921, le negó a los clubes prestar sus estadios para disputar encuentros públicos para futbolistas femeninas.
Mientras tanto las mujeres resistian ante el machismo que les queria arrebatar el sueño de jugar en una cancha como los varones y siendo aceptadas, rodeadas de hinchas que en cada pelota que toquen ellas, digan sus nombres. Y en ese camino de resistencia aparece una luz de esperanza para todas aquellas mujeres que soñaban con jugar al fútbol “Macarena Sánchez Jeanney”, nacida en 1991 en la provincia de Santa Fe Argentina, feminista y primera jugadora de fútbol profesional, ella en su lucha por profesionalizar el fútbol para las mujeres recibió hasta amenazas de muerte tras haber demandando a la AFA y a su ex club hace unos días para que la reconozcan como trabajadora y así profesionalizar el fútbol femenino.
Gracias a la lucha de esta destacada fútbolista hoy algunas mujeres son reconocidas como trabajadoras dentro y fuera de las canchas. Y como me dijeron en una entrevista “Las Martas Fútbol Feminista” : “Que haya mucho fútbol como organizaciones con ganas de jugar que todos y todas quienes nos propongamos a crear fútbol sean de esa manera”.
Si bien sigue habiendo uno que otro machista con ganas de hacerlas retroceder, las mujeres están siempre de pie, dando pasos agigantados, juntas y organizadas van gambeteando a este “Patriarcado”.
