El germen de la argentinidad

Un día como hoy, algo muy grande comenzó a gestarse. Un 25 de mayo empezamos a sentir la incomparabe sensación de ser argentinos.

Los argentinos vivimos tiempos bien complejos. No solo el presente por la tempestad de una pandemia que puso a prueba la supervivencia. También por la dinámica transformación que vivimos a cada instante, y con esto, el desafío de adaptarnos a un mundo que gira cada vez a mayor velocidad, así nos gobierne la derecha, el populismo o la corrupción.

Como sea, más de 200 años de argentinidad, ya son un largo camino. Y para comenzar un largo camino solo es necesario dar el primer paso. Nuestra historia esta llena de pequeños pasos, de grandes saltos y, por supuesto, de varios tropiezos. Pero el primer paso hacia nuestra conformación como Nación, fue –sin dudas– la Revolución de Mayo.
Lejos del póster del Billiken, en la Revolución de Mayo fue la primera vez que sentimos que podíamos como país. Solos, sin ayuda de nadie, juntos, tirando todos hacia el mismo lado. En un año tan especial como este, recuperemos un poco de ese espíritu y valoremos eso que tanto nos costó conseguir: un gobierno patrio, un gobierno nuestro y, sobre todo, que la decisión esté en nuestras manos.

 

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