Techint lo había anticipado: por qué Whirlpool cerró su fábrica de lavarropas a tres años de inaugurarla
Se combinaron la baja de aranceles y apertura de la importación, la pérdida de competitividad con Brasil y caída de ventas.
Paolo Rocca, el dueño de Techint y fabricante de la chapa que usa la línea blanca de electrodomésticos, ya sabía lo que estaba pasando con Whirlpool cuando a principio de mes habló de la avalancha de productos del exterior. Dijo que la importación de lavarropas había pasado de 5.000 a 87.000 por mes y la de las heladeras de 10.000 a 80.000. Y advirtió: “Eso lleva a muchos a la opción de seguir produciendo o cerrar y usar la cadena comercial para distribuir material importado“.
Eso es justamente lo que decidió hacer la marca de lavarropas, que el miércoles anunció el cierre de su planta de Pilar y la desvinculación a 220 trabajadores. Las razones, según la empresa, fueron la pérdida de competitividad para exportar y al impacto de la fuerte competencia de productos importados, en un contexto de caída del consumo.
Cuando Whirlpool inauguró su planta de lavarropas en Pilar, con una inversión de US$ 52 millones en 2022, las trabas a las importaciones del gobierno de Alberto Fernández le auguraban una producción de 300.000 unidades anuales y 1.000 empleos. El 70% de la producción iría a Brasil. La empresa decía entonces que se iba a convertir en la mayor exportadora de electrodomésticos del país e iba a generar US$ 50 millones en divisas al año.
Tres años más tarde, las condiciones económicas son totalmente opuestas: el año pasado, el gobierno de Javier Milei abrió las importaciones con la reducción de aranceles y el fin de las licencias no automáticas. Heladeras y lavarropas importadas pasaron de pagar el 35% al 20%, afectando no solo la planta de Whirlpool, sino también la de empresas como Mabe (Drean), Electrolux, Gafa y Newsan.
La apertura de importaciones vino de la mano de una caída de las ventas de la línea blanca (lavarropas, heladeras) tras la devaluación de diciembre de 2024.
A mediados del año pasado, Whirlpool ya había recortado uno de los dos turnos en su planta. Y había licenciado a 60 personas sobre un plantel de 400.
Además, el dólar “barato” encareció la producción local frente a Brasil. Así, el país vecino está exportando a la Argentina como nunca, lo que hizo que el déficit comercial entre ambos países llegara a US$ 5.098 millones en los primeros 10 meses del 2025, contra un rojo de US$ 175 millones en igual periodo del año pasado. Martín Rappallini, titular de la UIA, dijo este jueves a Infobae que producir en el país es entre un 25% y 30% más caro que en Brasil.
Tras el cierre de la planta, Whirlpool solo tendrá presencia comercial en el país, con productos traídos desde el exterior.
Suspensiones y empresas en alerta
La decisión de Whirlpool se suma a las suspensiones de personal de empresas como Mirgor en Tierra del Fuego, donde se producen celulares, televisores y equipos de aire acondicionado.
En ese sector, este año firmaron una “pax” para evitar despidos hasta el 31 de diciembre. La fecha se acerca y las ventas no repuntan y crece el mix de importados en los portfolios de las compañías.
A los fabricantes de celulares les espera una baja del arancel del 8% al 0% el 15 de enero, que meterá más presión sobre los costos locales.