Mente Inquieta: Desentrañando el TDAH en Argentina

En el Día de la sensibilización sobre TDAH, exploramos las estadísticas, desmitificamos creencias erróneas y escuchamos a expertos para comprender esta realidad en el país.

En el Día de la sensibilización sobre TDAH, exploramos las estadísticas, desmitificamos creencias erróneas y escuchamos a expertos para comprender esta realidad en Argentina.

En un país donde las mentes inquietas buscan su lugar, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se convierte en un desafío que enfrentan miles de niños y adultos. En la sociedad argentina, la diversidad de pensamiento y la energía inquieta han sido siempre bien valoradas. Sin embargo, para aquellos que padecenTDAH, esta inquietud mental se convierte en un reto diario.

El TDAH es una de las condiciones neuropsiquiátricas más comunes en la infancia, y Argentina no es la excepción. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, se estima que el TDAH afecta a aproximadamente el 5% de los niños y adolescentes en el país. Sin embargo, estas cifras podrían ser aún más altas, ya que a menudo el trastorno puede pasar desapercibido o confundirse con otros problemas de conducta.

Además, el TDAH no se limita a la niñez; muchos adultos también experimentan sus síntomas. Se estima que al menos el 2,5% de la población adulta argentina vive con TDAH. Sin embargo, en este grupo, el trastorno es aún más subdiagnosticado debido a la falta de conciencia y conocimiento sobre cómo se manifiesta en la vida adulta.

 

Desmitificando el TDAH: Más allá de la hiperactividad

Uno de los mitos más extendidos sobre el TDAH es que se limita a la hiperactividad y la falta de atención en el aula escolar. Si bien estas características son prominentes en muchos casos, el trastorno va mucho más allá. Los síntomas del TDAH pueden incluir dificultades para organizar tareas, olvidar detalles importantes, ser impulsivo en la toma de decisiones, tener problemas para mantener el empleo o las relaciones interpersonales y enfrentar desafíos emocionales.

 

 

Consultamos al reconocido neurólogo Eduardo Galli, quien señala: “El TDAH es un trastorno neurobiológico con bases genéticas y neuroquímicas.

Es importante que la sociedad comprenda que no se trata de una ‘etiqueta’ o de una falta de disciplina.

Las personas con TDAH presentan diferencias en el funcionamiento de su cerebro, lo que requiere enfoques terapéuticos específicos”.

Por su parte, desde las teorías predominantes en psicopedagogía, se destaca la relevancia de la detección temprana:

“La identificación precoz del TDAH es clave para brindar el apoyo necesario a los niños y sus familias. Cuando se abordan los desafíos del TDAH de manera temprana, se pueden desarrollar estrategias efectivas para mejorar el rendimiento académico y el bienestar emocional”.

 

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