En Argentina ocurren 40.000 casos de muerte súbita al año

Entre el 21 y el 27 de agosto se desarrolla la Semana de Concientización y Prevención de la Muerte Súbita, una iniciativa que busca promover la información, la detección temprana de síntomas y el aprendizaje de maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).

La muerte súbita es un episodio inesperado y letal que puede presentarse en cualquier momento y lugar, tanto en personas con diagnóstico previo como en quienes no tenían antecedentes cardíacos. En Argentina, se estiman alrededor de 40.000 casos por año, lo que equivale a un caso cada mil habitantes. Más del 70 % ocurre fuera del ámbito hospitalario, en viviendas, espacios públicos, lugares de trabajo o escenarios deportivos.

La importancia de la respuesta inmediata

Los especialistas destacan que el cerebro y el corazón comienzan a sufrir daños irreversibles entre los 4 y 6 minutos posteriores al paro cardíaco, y que por cada minuto sin iniciar RCP, la probabilidad de sobrevida disminuye en un 10 %. Superados los 5 minutos, las chances se reducen de manera crítica.

La Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc, explicó que se trata de una “muerte de causa cardíaca que ocurre dentro de la primera hora del inicio de los síntomas” y que en la mitad de los casos del país sucede fuera de los hospitales. Por su parte, la cardióloga del Hospital Británico María Alejandra Angrisani subrayó: “Frente a un paro cardíaco, cada minuto cuenta. Llamar al 107, iniciar compresiones torácicas y, si es posible, usar un desfibrilador externo automático (DEA) puede significar la diferencia entre la vida y la muerte”.

En Argentina, la Ley 27.159 obliga a los espacios públicos y privados que concentren más de mil personas, así como clubes, gimnasios, terminales de transporte de larga distancia, cárceles y cuarteles, a disponer de al menos un DEA.

Factores de riesgo y controles

En adultos, el 80 % de las muertes súbitas se asocia a enfermedades coronarias y factores de riesgo no controlados como tabaquismo, hipertensión, diabetes y obesidad. En personas jóvenes, las causas más comunes son las anomalías congénitas. Los médicos insisten en la necesidad de realizar controles periódicos, alimentación saludable, control de factores de riesgo y actividad física regular.

Entre las principales afecciones relacionadas se encuentran la cardiopatía isquémica, las miocardiopatías (hipertrófica o dilatada), trastornos de conducción, valvulopatías y cardiopatías congénitas. También puede deberse a causas no cardíacas, como embolismo pulmonar, disección aórtica o rotura de aneurismas. Los síntomas de alarma incluyen dolor o presión en el pecho, dificultad respiratoria, mareos, pérdida de conciencia, palpitaciones y sudoración intensa.

La cadena de la vida

La Dra. El Haj recordó la importancia de la llamada cadena de vida, que consiste en la secuencia de acciones que mejoran las posibilidades de sobrevivir: reconocer los síntomas y activar el sistema de emergencias, iniciar RCP de calidad con compresiones torácicas efectivas y ventilación, aplicar desfibrilación temprana mediante un DEA y, finalmente, la atención médica avanzada.

Cómo realizar RCP

En adultos, se recomienda colocar a la persona boca arriba en el suelo, verificar que no haya obstrucción en la vía aérea, arrodillarse de manera perpendicular y colocar una mano en el centro del pecho con la otra encima, realizar compresiones firmes de unos 5 cm de profundidad a un ritmo de 100 por minuto, dejando que el tórax se expanda entre una y otra, y usar un DEA en cuanto esté disponible.

En el caso de la RCP pediátrica, se debe revisar primero la vía aérea y luego iniciar compresiones con la misma frecuencia que en adultos, pero con menor profundidad (de 1 a 3 cm), usando dos dedos en el centro del esternón en bebés o ambos pulgares, mientras que en niños más grandes se pueden usar ambas manos. Se deben intercalar 30 compresiones y 2 insuflaciones de un segundo cada una, hasta que llegue la asistencia médica.

El DEA debe conectarse apenas esté disponible y guiará los pasos a seguir, indicando cuándo interrumpir las maniobras y cuándo retomarlas.

Un compromiso comunitario

La muerte súbita no siempre se puede evitar, pero actuar a tiempo puede cambiar el desenlace. Una respuesta rápida y la capacitación de la comunidad son claves para salvar vidas. Estar preparados salva vidas”, concluyó la Dra. El Haj.

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