La Iglesia pide intensificar la oración por la salud de monseñor José María Arancedo

La Iglesia santafesina renovó el llamado a la oración por la salud de monseñor José María Arancedo, arzobispo emérito de Santa Fe de la Vera Cruz, quien atraviesa un momento delicado y continúa internado en terapia intensiva.

El pedido fue difundido este martes 16 de diciembre a través de un comunicado oficial del Arzobispado, firmado por el arzobispo Sergio Alfredo Fenoy y el obispo auxiliar Matías Vecino, en el que se invita a los fieles a unirse en una oración confiada para que el Señor lo sostenga y lo anime.

En el mensaje, la Iglesia expresa su cercanía espiritual y recuerda la profunda huella pastoral que Arancedo dejó en la arquidiócesis, destacando el afecto que el pueblo santafesino le guarda en su corazón. La invocación incluye también una plegaria a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de la arquidiócesis, para que acompañe este tiempo de enfermedad.

Este nuevo llamado se da en un contexto de leve mejoría clínica, informada días atrás por la Cancillería del Arzobispado. Según se comunicó el 3 de diciembre, Arancedo había mostrado signos favorables, con mayor lucidez y sin necesidad de respiración mecánica, aunque permanecía bajo cuidados intensivos.

El arzobispo emérito fue sometido a una cirugía el 19 de noviembre, luego de que una intervención previa generara una complicación en el estómago. Desde entonces, la comunidad católica de Santa Fe y de otras regiones del país mantiene una cadena de oración constante, acompañando su proceso de recuperación.

José María Arancedo fue arzobispo de Santa Fe durante 15 años, entre 2003 y 2018, y presidió la Conferencia Episcopal Argentina, lo que lo convirtió en una figura de referencia dentro de la Iglesia a nivel nacional. Cada parte médico y cada mensaje pastoral sobre su salud es seguido con especial atención por parroquias, comunidades religiosas y fieles.

El comunicado concluye con una expresión de cercanía y esperanza, confiando la vida de monseñor Arancedo a la misericordia de Dios y al acompañamiento orante de toda la Iglesia.