Colón y el “lado B” del fracaso de Godano: ¡un técnico cada dos meses!

En 413 días pasaron seis entrenadores y el club quedó al borde del descenso a la Primera “B” Metropolitana.

El ciclo de Víctor Francisco Godano al frente de Colón quedará marcado como uno de los más caóticos en la historia del club. Desde que el 5 de agosto de 2024 despidió a Iván Delfino a través de redes sociales, el equipo sabalero entró en una espiral de inestabilidad: en poco más de un año desfilaron seis entrenadores por el banco rojinegro —Rodolfo De Paoli, Diego Osella, Ariel Pereyra, Andrés Yllana, Martín Minella y Ezequiel Medrán—. El promedio es lapidario: un DT cada 68 días, prácticamente cada dos meses.

Una campaña para el olvido

Los números deportivos explican por sí solos el descontento de la gente:

  • De 38 equipos en la Primera Nacional, Colón ocupa el puesto 34, apenas por encima de CADU y Talleres de Remedios de Escalada.

  • Disputó 32 partidos: perdió 19, ganó 8 y empató 5.

  • Lleva 9 fechas sin ganar, con la peor racha del ascenso.

  • En los últimos 855 minutos convirtió apenas un gol (Lago contra Chacarita).

  • Recibió 38 tantos y marcó solo 21.

  • Con un rendimiento del 30,21 %, igualó la cantidad de derrotas del descenso de 1981 y quedó a dos caídas de la peor campaña de 1959, cuando bajó a la Primera C.

  • En 12 de los últimos 16 partidos no pudo marcar goles y acumula 430 minutos sin anotar.

  • Apenas ganó 2 de los últimos 16 encuentros y la última victoria fue el 20 de julio ante Central Norte en Salta (4-3).

La reacción popular no se hizo esperar con cánticos de “que se vayan todos” y exigencias de mayor compromiso hacia un plantel que nunca logró encontrar regularidad.

El costo de la improvisación

El “lado B” de esta debacle no es solo deportivo sino también económico. En varios momentos, la tesorería del club debió afrontar tres rescisiones de contratos en simultáneo, producto de la política de contratar y despedir entrenadores casi sin margen de trabajo.

El propio Christian Bernardi, con lágrimas en el banco de suplentes, pidió perdón a los hinchas tras el último traspié. Su frase de que “siempre acompañamos la decisión de cada entrenador” terminó sintetizando la paradoja: acompañar un proceso que duraba apenas dos meses antes de ser interrumpido.

Un daño difícil de reparar

El costo económico de las indemnizaciones puede cubrirse con dinero, como suele ocurrir en el fútbol argentino. Pero el daño deportivo de cambiar un entrenador cada dos meses y dejar al club al borde de la Primera “B” Metropolitana no se borra ni con un premio millonario del Quini 6.

La gestión Godano deja un saldo claro: números negros, proyectos efímeros y un Colón sumido en una de sus peores temporadas de la historia.

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