Shell abandona el mega proyecto de GNL de YPF

Es el segundo socio que pierde YPF bajo la gestión de Horacio Marin, tras la salida de Petronas. Problemas de management y cepo.

El proyecto Argentina GNL, la bandera de YPF para posicionarse como un jugador de escala global en el mercado del gas, entró en crisis total. Shell anunció que se baja del proyecto que prometía una inversión de USD 50 mil millones y había sido anunciado con bombos y platillos por el gobierno.

No es un tema menor. Como analizaron analistas internacionales, pone en duda la proyección de Vaca Muerta como un polo de desarrollo de GNL. La salida de Shell se suma a la anterior fuga de la malaya Petronas.

Este nuevo fracaso estalló como una bomba en la torre de YPF de Puerto Madero, que desde que asumió Horacio Marin la conducción de la empresa prendió una máquina de humo de anuncios rimbombantes que escaló a otro nivel una estrategia similar que había desplegado el kirchnerismo, el primero en vender el proyecto Petronas de USD 20 mil millones, como algo cerrado, cuando no había pasado de una charla exploratoria.

Cuando esa iniciativa se le cayó a Marin, la reemplazaron por un anuncio aún más grande de USD 50 mil millones con Shell. Lo que está en juego es la construcción de una planta de GNL en la Patagonia. “El problema de Marin es que todas las semanas están metiendo anuncios que después no se concretan”, dijo un analista del sector.

En ese problema se pueden inscribir los constantes anuncios de inversiones en sociedad con la petrolera estatal italiana ENI, que todo el mundo sabe en el mercado que no tiene capacidad financiera para invertir en nada importante. No es un secreto que Italia arrastra hace décadas problemas muy serios de déficit y deuda.

A eso se suma la continuidad del cepo para la repatriación de capitales, un escollo mayúsculo para la normalización macroeconómica del país, que por ahora ni Milei ni Caputo se animan a desatar.

La noticia la comunicaron las autoridades de Shell a nivel global desde su sede central y fue reproducida por Reuters. La petrolera fue breve y medida. “Shell decidió no avanzar con la fase inicial del proyecto Argentina LNG. Shell participó inicialmente sólo en la fase pre-FEED. Seguimos viendo a Argentina como un mercado potencialmente atractivo para exportaciones de GNL. Por eso, Shell seguirá explorando opciones de expansión con YPF para Argentina LNG“, dijo la petrolera. Jerga corporativa para suavizar el portazo.

Shell destina mas de USD 13.000 millones a escala global, y la compañía está reordenando prioridades globales. La ecuación pasar por elegir proyectos con plazos, riesgos y retornos claros.

En su propio outlook la firma prioriza dónde y cómo colocar capitales nuevos. Desde la óptica global, el mercado de GNL esta saciado por oferentes que pueden cubrir la demanda de corto y mediano plazo. Una situación que se consolidaría cuando China termine el gasoducto transiberiano que llevará el gas ruso a toda Asia.

Además, Estados Unidos con la expansión Permian y la creciente capacidad de licuefacción, saturó Europa y ganó espacios logísticos y comerciales difíciles de disputar. En 2025 los envíos de GNL estadounidense a Europa crecieron de forma ostensible, y la presión de esos volúmenes juega en la evaluación de nuevas plantas fuera de cadenas logísticas ya establecidas.

No son pocas las voces que afirman que Argentina tiene poca chance de competir en el mercado de GNL, por los tiempos que exige desarrollar la curva de aprendizaje y poder ganar escala.

Un dato clave es que el diseño del proyecto original del YPF sufrió muchos cambios bajo la presidencia de Horacio Marin. Desde el fallido recorrido que puso fin a la sociedad que heredó con Petronas, la iniciativa original y su dimensión se ajustaron. Ahora el desafío es reemplazar el lugar que Shell dejó vacante. Para eso avanza en negociaciones con otros socios ENI y XRG (ADNOC). Nadie en el mercado se los toma muy en serio.

Vaca Muerta es real, pero la dimensión de la apuesta por el GNL no está clara. No sucede lo mismo con el petróleo, en un mundo que puso en pausa el entusiasmo por las energías renovables y necesita cada vez más hidrocarburo por el ascenso de consuma de las nuevas clases medias, sobre todo en Asia.

Por eso, Shell mantiene su producción petrolera en Vaca Muerta, donde opera más de 50 pozos activos y produce cerca de 45 mil barriles diarios de petróleo.

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