Los términos de intercambio y el crecimiento económico

A la hora de analizar las posibilidades de desarrollo de la economía argentina, no alcanza con solo observar el valor de las exportaciones. Por Ignacio Trucco.

Es muy común escuchar, en los medios de comunicación, expresiones como la siguiente:

“¿Cómo puede irle mal a la Argentina con los precios de la soja a 900 o mil?”

En rigor, el precio absoluto, el valor absoluto de nuestras exportaciones, nos dice algo, pero no todo, a la hora de evaluar las posibilidades de desarrollo de la economía nacional. Se trata de una de las confusiones o de los problemas más típicos que enfrentamos los que analizamos la realidad económica de nuestro país.

Concretamente, si uno ve el precio de las exportaciones, tiene una idea de si van a entrar más o menos dólares por las mismas. Sin embargo, ¿qué pasa si los precios de las importaciones aumentan en una misma proporción? Entonces, el balance queda en cero. Es decir, no basta con saber cuál es el precio de nuestras exportaciones si no se lo compara con el precio de nuestras importaciones. Esta relación se conoce en la jerga de los economistas como términos de intercambio, que se mide con un índice para conocer su evolución a lo largo del tiempo.

Entonces ya tenemos una primera pista: No basta con saber los precios de las exportaciones, sino los términos de intercambio. Y más aún, tampoco es suficiente con saber el nivel de los términos de intercambio, sino que la economía nacional se mueve con el movimiento de los términos de intercambio. Puesto de otro modo, podríamos decir que, al menos en las últimas décadas, es el aumento de los términos de intercambio lo que permite el incremento de nuestro producto, es decir, de nuestra capacidad de producir, importando cada vez más para poder producir.

Debe tenerse en cuenta que la mayor parte de nuestras importaciones son bienes intermedios, piezas y bienes de capital necesarias para producir internamente. Entonces, cuando crece nuestro producto, crecen nuestras importaciones. Para que nuestro producto pueda crecer, tiene que crecer nuestra capacidad de importar y, por lo tanto, tienen que mejorar nuestros términos de intercambio. Entre el año 2001 y el año 2012.

Desde el 2002 en adelante se produjo, se produjo un estancamiento que acompañó el estancamiento del producto económico nacional. Esa realidad parece revertirse en los últimos años, sobre todo después de la salida de la pandemia, con los términos de intercambio de la Argentina al alza.

Actuamente, los términos de intercambio perdieron terreno. Sin embargo, en términos de largo plazo, las perspectivas no son precisamente malas. No obstante, es muy difícil evaluar, a lo largo de la historia de las economías modernas, qué va a ocurrir con estos precios. En todo caso, una evaluación general debería ponernos a nosotros a considerar qué va a pasar en el mundo en la relación entre los productos básicos alimentarios, por ejemplo, energéticos y los productos manufacturados. Si el balance es positivo, entonces la economía nacional tendrá posibilidades de mejorar su desarrollo.

Estas posibilidades no deben desconectarse desde las acciones económicas y políticas internas por una razón muy sencilla: si dejamos todo como está, la cosa mejorará. Pero ante una caida en los términos de intercambio volveremos a perder posibilidades de crecimiento. En todo caso, las economías nacionales están siempre ante el desafío de transformar sus estructuras productivas para poder producir eficientemente aquellos productos de mayor valor agregado. Una economía periférica y en desarrollo, como es la argentina, requiere darse estrategias para mejorar su extructura producitva y avanzar en la capacidad de exportación de bienes manufacturados y, en particular, de bienes de capital y piezas para la industria. Eso define quiénes son los países que ganan y quiénes los que pierden.

 

 

* Ignacio Trucco es doctor en Economía, docente e investigador en el CONICET, UNL y UNER.

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