EE.UU. otorgó la patente a una biomolécula creada en la UNL
Investigadores de la UNL y el CONICET desarrollaron una innovación con potencial terapéutico para enfermedades neurodegenerativas. La spin-off BioSynaptica, surgida en el ámbito de la UNL, tiene la licencia exclusiva de esta tecnología.
Un equipo interdisciplinario de científicos argentinos logró que Estados Unidos otorgue la patente a una biomolécula con aplicaciones terapéuticas para diversas patologías neurodegenerativas. El avance fue encabezado por investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el CONICET, con colaboración de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). La molécula es una versión modificada de la eritropoyetina (EPO), y abre nuevas posibilidades en el tratamiento de enfermedades como la retinopatía diabética, la degeneración macular asociada a la edad, y otras afecciones neurológicas complejas como el Alzheimer y el Parkinson.
“Este logro representa una validación internacional del desarrollo biotecnológico que iniciamos desde nuestros laboratorios en la UNL. Es un paso decisivo para llevar la ciencia argentina al mundo y para que esta innovación pueda tener la posibilidad de alcanzar la categoría de medicamento”, afirmó Marcos Oggero, investigador del CONICET, docente de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL) y cofundador de BioSynaptica.
El enfoque que adoptaron los investigadores consiste en conservar las propiedades neuroprotectoras de la EPO, eliminando sus efectos hematopoyéticos, es decir, la estimulación de la producción de glóbulos rojos, que puede resultar perjudicial en pacientes que no padecen anemia. Esta modificación permitiría utilizar la biomolécula en tratamientos prolongados sin riesgos asociados. La tecnología ya ha sido licenciada de forma exclusiva a la spin-off BioSynaptica, incubada en la FBCB-UNL, creada por los propios investigadores.
“La obtención de esta patente en EE.UU. fortalece nuestra tecnología, ya que garantiza su protección mediante propiedad intelectual y aumenta la posibilidad de transferencia a la industria. Representa un gran reconocimiento al trabajo que iniciamos en la FBCB-UNL y el CONICET, con colaboración de la UNSAM”, destacó Milagros Bürgi, también investigadora del CONICET, docente de la FBCB-UNL y cofundadora de BioSynaptica.
El equipo desarrollador forma parte del Centro Biotecnológico del Litoral y está integrado, además de Oggero y Bürgi, por Ricardo Kratje y Matías Depetris. Las pruebas experimentales —tanto in vitro como algunos estudios in vivo— se llevaron adelante en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la Escuela de Bio y Nanotecnologías (EByN) de la UNSAM, bajo la dirección de Camila Scorticati, quien también figura como investigadora en la patente.
Actualmente, la biomolécula cuenta con patentes en Israel, Rusia y Estados Unidos. En esta nueva etapa, se avanzará con estudios preclínicos para evaluar su toxicidad y establecer las dosis seguras, antes de iniciar ensayos clínicos. El primer objetivo terapéutico será el tratamiento de retinopatías degenerativas. En pruebas realizadas junto al grupo liderado por Cecilia Sánchez del Centro de Investigación en Bioquímica Clínica e Inmunología del CONICET, se observaron efectos antiinflamatorios, neuroprotectores, neuroplásticos, antiglióticos y antiangiogénicos en modelos animales, lo que confirma su alto potencial terapéutico.