Marabel desató la furia en Unión con un doble golpe inesperado
"¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!", tronó desde las tribunas del 15 de Abril cuando finalizó el partido. La bronca del hincha de Unión estalló tras la dura derrota ante Palestino, en un encuentro donde el equipo santafesino había hecho méritos para ponerse en ventaja, pero terminó pagando caro su falta de solidez y sufrió el doblete del paraguayo Junior Marabel, justamente un jugador cuyo pase aún le pertenece al club rojiblanco.
Unión comenzó el partido con determinación y se adueñó de la iniciativa desde el primer minuto. A pesar del dominio, las limitaciones en los últimos metros y la poca claridad para terminar las jugadas volvieron a repetirse como una marca registrada del equipo. Para colmo, las lesiones de Bruno Pittón y Mauricio Martínez obligaron a Leonardo Madelón a modificar su esquema antes de lo planeado. Ingresaron Del Blanco y Rafael Profini, este último con un desempeño destacado por su movilidad y participación activa en el ataque.
En el primer tiempo, el “Tatengue” tuvo la chance más clara en una doble tapada espectacular del arquero Sebastián Pérez: primero rechazó un cabezazo de Fascendini y luego desvió un fuerte remate de Estigarribia, que sigue sin reencontrarse con el gol. Palestino, por su parte, mostraba fallas en el retroceso que Unión no supo capitalizar, como en una jugada clara de contragolpe que terminó diluyéndose.
La segunda parte arrancó con un golpe de ilusión para los locales: a los cuatro minutos, una jugada preparada desde un tiro libre terminó con un preciso centro de Palacios que Gamba, siempre presente en los momentos claves, conectó de cabeza al ángulo para el merecido 1-0. Antes, el árbitro ignoró una jugada polémica en la que Suárez pareció cederle intencionalmente la pelota al arquero dentro del área, lo que podría haber significado un tiro libre indirecto a favor de Unión.
Con la ventaja, el equipo de Madelón parecía tener el control. Palestino se mostraba tibio, y Marabel apenas había tenido contacto con la pelota. Sin embargo, el cambio de actitud del conjunto chileno fue evidente en la recta final. Con el ingreso de Junior Arias y el empuje por los costados, el visitante empezó a inquietar a un Unión que inexplicablemente retrocedió líneas y comenzó a jugar de contra, resignando la posesión y la iniciativa que había sostenido durante gran parte del partido.
La presión surtió efecto a los 39 minutos: un remate rebotó en Fascendini y le cayó a Marabel, que solo tuvo que empujarla para el empate. La defensa rojiblanca mostró, una vez más, su fragilidad habitual. Y cuando aún quedaba tiempo para buscar la victoria, fue Palestino quien volvió a golpear. Sobre el final, un desborde por la derecha encontró nuevamente a Marabel anticipando a todos en el área para decretar el 2-1 definitivo. Dos goles del delantero paraguayo, que pidió disculpas sin demasiadas expresiones, pero dejó sin palabras a un estadio entero.
El silbido fue unánime y atronador cuando el árbitro marcó el final. La hinchada no perdonó lo que sintió como una traición deportiva: un equipo que tenía el partido en sus manos, pero que no supo cerrarlo y volvió a evidenciar sus problemas crónicos tanto en defensa como en efectividad ofensiva. Unión mostró ganas y actitud hasta conseguir la ventaja, pero luego retrocedió sin razones y le permitió a Palestino crecer en confianza. Y Marabel, el hombre que todavía tiene vínculo contractual con Unión, se convirtió en su inesperado y doloroso verdugo. ¿Te gustaría que reescriba otra nota en este estilo?