Israel atacó con misiles a Irán en una ofensiva preventiva y crece el temor por represalias

Durante la madrugada de este viernes, potentes explosiones sacudieron varios sectores de Teherán, la capital iraní, luego de que el Ministerio de Defensa de Israel confirmara la ejecución de un ataque con misiles sobre territorio iraní. La ofensiva, calificada por las autoridades israelíes como “preventiva”, se llevó a cabo en el marco de un clima de máxima tensión en Medio Oriente y en respuesta a una supuesta amenaza inminente por parte del régimen de Teherán.

De acuerdo con los primeros informes difundidos por los medios estatales iraníes, las detonaciones comenzaron alrededor de las 3.30 de la madrugada (hora local), generando alarma entre la población. Las imágenes que circularon por redes sociales mostraron densas columnas de humo elevándose desde distintos barrios de la ciudad, aunque hasta el momento las autoridades iraníes no brindaron precisiones sobre el número de víctimas, ni sobre la magnitud exacta de los daños provocados por el ataque.

En simultáneo, desde Israel se decretó el “estado de emergencia especial” a nivel nacional, medida anunciada por el ministro de Defensa, Israel Katz, quien explicó que se trata de una respuesta anticipada ante la posibilidad concreta de que Irán lleve a cabo una ofensiva de gran escala con misiles y drones, dirigida a zonas densamente pobladas del territorio israelí. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) también informaron que se pasó de un estado de “actividad plena” a “actividad esencial” en el frente interno, lo cual implica una reorganización de recursos para enfrentar una posible escalada bélica.

Horas antes del ataque israelí, el general Hosein Salamí, comandante de la Guardia Revolucionaria iraní, había declarado públicamente que su país se encuentra “preparado para una guerra en cualquier nivel” y que cualquier agresión sería respondida con fuerza. Sus declaraciones fueron interpretadas como un mensaje directo hacia Israel, en un contexto en el que ambos países han incrementado los intercambios retóricos y las maniobras de advertencia en las últimas semanas.

La comunidad internacional observa con creciente preocupación la evolución de los acontecimientos, ya que este episodio podría marcar el inicio de una confrontación directa entre dos de los principales actores del conflicto en Medio Oriente. El nivel de tensión alcanzado es considerado por analistas como el más alto desde el año 2019, y múltiples gobiernos comenzaron a emitir alertas y llamados a la moderación.

Por el momento, Teherán no ha confirmado si responderá con una contraofensiva inmediata, aunque desde distintos sectores del poder iraní se exige una respuesta “contundente y proporcional”. Mientras tanto, en Israel se reforzaron las medidas de seguridad en todo el país y se instó a la población civil a estar atenta a posibles nuevas instrucciones del Ejército.

El ataque representa un punto de inflexión en la ya delicada situación geopolítica de la región, y abre un escenario de alta inestabilidad con potencial alcance global.

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