El Gobierno demora la publicación de la reforma laboral a pesar de que ya se conoce la letra chica
La demora en la difusión del texto tiene diferentes versiones al interior del Gobierno. Los ajustes finales y la espera del regreso del presidente Javier Milei, mientras persisten negociaciones en el Congreso sobre la conformación de comisiones clave
Pese a que habían anunciado que la iban a publicar ayer, el Gobierno todavía no dio a conocer el proyecto completo de la reforma laboral, una de las iniciativas más sensibles que el oficialismo busca tramitar en el Congreso. En las altas esferas de la Casa Rosada reconocieron que se decidió no difundirlo hasta nuevo aviso y que se podría estar esperando la llegada al país del presidente Javier Milei para terminar de hacerlo.
Ayer se realizó la última reunión del Consejo de Mayo, en la que se esbozaron las conclusiones de las diversas reuniones técnicas que mantuvieron sus integrantes para el arribo a diferentes proyectos, entre ellos el de la reforma laboral. En la conferencia de prensa final, el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, reconoció que el borrador que se había difundido en los últimos días tenía un gran porcentaje de fidelidad respecto al que se va a presentar por estos días. Además, aseguró: “Cuando esté el proyecto definitivo, en las próximas horas, se va a subir”.
En tanto, desde la Casa Rosada justificaron esta mañana que al proyecto le hacen falta “poner algunos puntos y comas”. Una forma de decir que el texto no está definido en su completitud. Esto fue contrapuesto por una fuente que integra la mesa política presidencial: “Nada que ver, está listo”.
Según contaron desde una cartera oficial, la Presidencia pidió ayer a la noche de “no comunicar el proyecto hasta nuevo aviso”. Hay funcionarios que creen que se está esperando a que Milei vuelva de Noruega, donde fue a presenciar la entrega del Nobel de la Paz a María Corina Machado y a mantener encuentros oficiales con autoridades de ese país.

En un importante despacho del Congreso Nacional también indicaron la misma versión, pero agregan que esto podría tener que ver con las negociaciones que hay tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado por la conformación de las comisiones más determinantes para los proyectos que se van a tratar en las sesiones extraordinarias.
“Ahora mismo estamos negociando las comisiones más importantes. Debería ser más fácil hacerlo sin el proyecto, que va a generar cierto debate antes de su tratamiento formal”, indicó una importante fuente parlamentaria de LLA.
Patricia Bullrich quiere ser la titular de la Comisión Permanente de Trabajo y Previsión Social en el Senado. En la Cámara de Diputados esa discusión no está prevista para este mes. Desde ese recinto afirman que “no va a ser prioridad su conformación” durante diciembre, que se va a armar luego del receso de enero y que hay otras prioridades más importantes en relación a los proyectos que sí inician desde la cámara baja, como el Presupuesto 2026 y la Ley de Glaciares.
Mientras que la exministra de Seguridad Nacional estaba convencida de que la reforma laboral debía ser sancionada para fin de año, en otros sectores del oficialismo se aseguran de marcar que esos plazos no serían realizables.
Lo cierto es que la confección del proyecto de Modernización Laboral no estuvo exenta de debates internos. De ellos, el más espinoso fue la inclusión o no de la limitación de las cuotas solidarias, mecanismo central para el financiamiento sindical. La discusión seguía abierta en el Gobierno hasta finalizado este fin de semana largo, pero consiguió acordarse entre todas las partes de que no fuera incluido.
La decisión terminó de conocerse luego de la reunión de mesa política que Adorni, Bullrich y Martín Menem encabezaron ayer por la mañana con importantes integrantes del Gabinete, como el asesor presidencial, Santiago Caputo; el ministro del Interior, Diego Santilli; y el armador nacional, Eduardo “Lule” Menem.
La permanencia o eliminación de este artículo era vista como un punto decisivo: si se excluía, la CGT perdería argumentos para oponerse frontalmente a la reforma; si se mantenía, el financiamiento sindical quedaría en riesgo y cabía la posibilidad de desatarse un conflicto de consecuencias imprevisibles.

El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, respaldaba la medida y la califica como un freno a los “peajes sindicales”, mientras que la CGT rechaza cualquier cambio que condicione el pago de estos aportes al consentimiento explícito de los trabajadores. En esos días, la presión para reincorporar la limitación de las cuotas solidarias creció dentro del oficialismo, con el apoyo de la senadora electa Patricia Bullrich.
En contraste, asesores presidenciales como Santiago Caputo, el titular de la Cámara de Diputados Martín Menem, el subsecretario de Gestión Institucional Eduardo “Lule” Menem y el secretario de Trabajo Julio Cordero se oponían, advirtiendo que la medida podría dificultar la aprobación de la reforma en el Congreso.
La reforma laboral concentra gran parte de la atención, ya que introduce cambios en regímenes especiales, procedimientos judiciales, vacaciones, beneficios sociales, licencias por enfermedad y reglas para indemnizaciones, además de incorporar regulaciones para el trabajo en plataformas digitales.
Entre los puntos centrales, el proyecto prevé que las empresas realicen una contribución obligatoria equivalente al 3% de la masa salarial para financiar el FAL, que cubriría indemnizaciones por despidos. Además, se propone la eliminación de la ultraactividad de los convenios colectivos, la prioridad de convenios regionales o de empresa sobre los nacionales, incentivos fiscales para nuevas contrataciones y la regularización del empleo no registrado. También se contemplan modificaciones como la creación de bancos de horas, el fraccionamiento de días de vacaciones y la derogación de la Ley de Teletrabajo.