India bombardeó Pakistán y provocó la muerte de al menos tres civiles: Islamabad advierte sobre una posible represalia
Islamabad calificó el ataque como “un acto de guerra flagrante y no provocado”, y advirtió que responderá a la agresión en el momento y lugar que considere adecuado.
La tensión entre India y Pakistán escaló drásticamente en las últimas horas, luego de que la Fuerza Aérea india llevara a cabo un bombardeo sobre varias regiones del territorio pakistaní durante la madrugada del miércoles. Según confirmaron autoridades de ambos países, los ataques dejaron un saldo de al menos tres personas muertas y otras doce heridas, todas civiles, de acuerdo a la información proporcionada por Islamabad. El bombardeo se produjo en un contexto ya caldeado desde el atentado del pasado 22 de abril en Cachemira, donde murieron 26 hombres en la zona administrada por India, hecho que desató preocupación internacional ante la posibilidad de una nueva escalada entre las dos potencias nucleares del sur asiático.
“Contamos con información verificada de tres civiles fallecidos, entre ellos un menor de edad”, informó el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, quien además denunció que las fuerzas armadas indias “apuntaron deliberadamente contra múltiples objetivos civiles”. La gravedad del ataque fue subrayada por un funcionario de seguridad pakistaní, quien, bajo condición de anonimato, indicó a la agencia EFE que India disparó misiles contra al menos tres puntos específicos: las ciudades de Bahawalpur, Kotli y Muzaffarabad. Según esta fuente, las ofensivas habrían sido lanzadas desde el espacio aéreo indio, sin que las aeronaves cruzaran la frontera, utilizando armamento de largo alcance.
Por su parte, el gobierno de India confirmó haber llevado a cabo lo que denominó la “Operación Sindoor”, una serie de ataques de precisión lanzados después de la medianoche. Según Nueva Delhi, el objetivo fue golpear campamentos terroristas ubicados en territorio pakistaní, supuestamente involucrados en la planificación de atentados contra suelo indio, como el ocurrido el 22 de abril. En total, el operativo habría alcanzado nueve blancos considerados estratégicos.
Islamabad denuncia una violación de su soberanía
Pakistán reaccionó con dureza y denunció que el bombardeo representa una flagrante agresión militar. “Se trata de un acto de guerra abierto, sin provocación alguna, que viola nuestra soberanía nacional”, expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores pakistaní en un comunicado oficial. En el mismo texto, las autoridades señalaron que los ataques alcanzaron tanto la frontera internacional —en zonas como Muridke y Bahawalpur— como la Línea de Control que divide la región de Cachemira, en puntos como Kotli y Muzaffarabad, situados en Azad Jammu y Cachemira, territorio bajo administración pakistaní.
“El uso de armas de enfrentamiento desde el espacio aéreo indio no cambia el hecho fundamental: se atacó población civil y se violaron normas básicas del derecho internacional”, señala el documento, que además acusa a Nueva Delhi de llevar adelante una “cobarde” acción militar que contraviene la Carta de las Naciones Unidas. El gobierno de Islamabad aseguró que se reserva el derecho a tomar represalias “en el momento y lugar que estime conveniente”.
El conflicto por el agua complica aún más el escenario
La escalada militar entre India y Pakistán se da en paralelo a un nuevo foco de tensión: el acceso y control sobre los recursos hídricos compartidos. Un día después del atentado en Cachemira, India decidió suspender su participación en un tratado bilateral firmado en 1960, el cual establecía las bases para el uso compartido de seis ríos que atraviesan la región de Cachemira y desembocan en el río Indo, ya en territorio pakistaní.
El primer ministro indio, Narendra Modi, fue categórico al anunciar que “el curso del agua que pertenece a la India y que hasta ahora fluía hacia el exterior será detenido”. Esta declaración provocó alarma inmediata en Islamabad, que denunció cambios bruscos en el caudal del río Chenab, uno de los más importantes del sistema fluvial compartido. Según el ministro de Riego de la provincia pakistaní de Punyab, Kazim Pirzada, “el flujo del Chenab disminuyó considerablemente de un día para otro, y los registros no muestran ninguna causa natural para ello”.
La preocupación por una confrontación directa entre ambos países se intensificó en las últimas jornadas, especialmente tras más de diez noches consecutivas de fuego cruzado entre soldados indios y pakistaníes a lo largo de la Línea de Control en Cachemira. Los intercambios de disparos con armas ligeras se han vuelto casi cotidianos, mientras crece el temor de que una escalada militar a gran escala sea inminente.
Llamados internacionales a la contención
En medio de este clima de extrema tensión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su deseo de que “los enfrentamientos entre India y Pakistán terminen muy pronto”. El Departamento de Estado norteamericano también intervino, instando a ambas partes a encontrar “una resolución responsable y dialogada” al conflicto. Sin embargo, la situación en el terreno sigue agravándose y genera cada vez más incertidumbre en la comunidad internacional, que observa con inquietud cómo dos países con capacidades nucleares aumentan el nivel de confrontación sin señales claras de distensión.