De sacerdote a estilista: la asombrosa vida de José Cejas, marcada por la tragedia
Una amiga cercana rompió el silencio y brindó un testimonio conmovedor sobre las últimas horas de José Ricardo Cejas, el querido coiffeur de barrio Constituyentes brutalmente asesinado. Con detalles impactantes, sembró dudas sobre el único detenido y trazó un perfil humano de un hombre reservado, generoso y profundamente valorado por su círculo íntimo.
“José no era de dejar entrar a cualquiera a su casa”. Con esa frase contundente comienza el relato de una mujer que, por primera vez, decidió hablar con la prensa para reconstruir las horas previas al crimen de José Ricardo Cejas, de 59 años. Su cuerpo fue hallado sin vida el último domingo de abril en el mismo lugar donde vivía y trabajaba: su vivienda y peluquería de calle Francia al 3400, en el barrio Constituyentes de Santa Fe. El cadáver presentaba signos evidentes de violencia extrema: múltiples golpes y más de 15 puñaladas. Fue un amigo cercano quien hizo el macabro hallazgo.
A pesar de que hay una persona detenida por el homicidio, el entorno íntimo de José pone en duda la hipótesis oficial. Las piezas no encajan del todo, y crece la sospecha sobre lo que realmente ocurrió esa noche.
“Él era muy reservado, muy cuidadoso”, cuenta su amiga, quien conoció a José en 2019 como clienta y terminó convirtiéndose en una amiga cercana. “Me acompañó en momentos difíciles, era una persona solidaria, con fe, muy creyente. Incluso había sido ordenado sacerdote en Córdoba, aunque luego decidió abandonar los votos. Viajaba con frecuencia para ver al padre Ignacio. No era, como algunos insinúan, alguien con una vida oscura”.
La mujer lo describe como alguien discreto en lo sentimental, educado, respetuoso, con una vida marcada por la generosidad. Ayudaba a hogares, era culto, y mantenía sus vínculos en un marco de respeto. “Era el tipo de persona que podías presentar en cualquier lugar”.
La última noche
El sábado previo al crimen, la amiga pasó por la peluquería. “Le ofrecí cenar, pero me dijo que ya tenía planes con D. y A., una pareja amiga. Iban a comer sushi, como solíamos hacer”. Sin embargo, al día siguiente notó algo extraño. “José siempre me escribía temprano. Pero ese domingo no supe nada de él. A las 8 de la noche ya estaba preocupada”.
Al revisar su última conexión de WhatsApp —registrada a las 00:19 del domingo— y no obtener respuesta en redes ni por teléfono, contactó a D., quien fue hasta la casa. Al llegar, la puerta estaba cerrada pero sin llave, y al ingresar se encontró con una escena desgarradora. Minutos después intervino la policía.
Un desconocido con demasiada confianza
Las cámaras de seguridad registraron a un hombre desconocido hablando con José en la puerta. Fumaron un cigarrillo y luego ingresó al domicilio. Dos horas después, el mismo sujeto salió con ropa distinta. Llevaba en una bolsa negra las prendas ensangrentadas del estilista, que fueron encontradas en un cesto de basura a pocos metros del lugar.
“El tipo entró vestido de una forma y salió con la ropa de José. ¿Quién haría eso si no lo conociera? No era alguien del barrio. A todos los conocemos, y José no dejaba entrar ni a conocidos recientes. Ni siquiera al sector donde dormía”, aseguró su amiga.
Ella cuestiona la versión de que el crimen fue cometido por un hombre en situación de calle. “Alguien así se lleva algo. Y acá no se llevaron nada: había objetos de valor, una notebook tirada en el suelo. Esto no fue un robo. Lo mataron con saña. Fue un ataque lleno de odio”.
Relaciones, conflictos y sospechas
En lo sentimental, José había estado casado con Arley, un hombre que actualmente reside en Estados Unidos. Después tuvo otras relaciones, pero siempre mantuvo un trato respetuoso con sus exparejas. “Nunca iba a bailar. Conocía gente por apps, pero era extremadamente cuidadoso. Incluso me pedía que lo acompañara cuando iba a conocer a alguien nuevo”.
Un dato clave que la amiga no omite: José tenía un conflicto judicial por la propiedad de su peluquería. “Había pagado 20 mil dólares a un familiar por su parte del local, pero el tema no estaba resuelto del todo. Le mencioné esto al fiscal”.
Un pedido de justicia
La entrevista concluye con un llamado urgente a esclarecer el caso. “Cuanto más se sabe, más dudas hay. ¿Por qué alguien sin recursos cometería un crimen así y no se llevaría nada? ¿Quién era realmente la persona que entró esa noche? ¿Y qué papel tienen los problemas legales no resueltos?”, se pregunta su amiga.
Mientras la investigación continúa, el entorno de José exige respuestas. “Él no merecía este final. Queremos justicia, pero también claridad. Necesitamos saber quién fue y por qué lo hicieron”, cerró la mujer que decidió hablar para mantener viva la memoria de su amigo y reclamar verdad.