“No se puede buscar justicia llevándose puesta la vida de otro”

Entrevista exclusiva con la esposa del docente detenido en calidad de sospechado por los abusos en el Jardín Namuncurá.

Río Noticias dialogó con Fernanda, la esposa del “Profe Juan”, sospechado como responsable de abusos a menores en el Jardín Ceferino Namuncurá.  Casualmente, la entrevista telefónica se dio cuando la mujer regresaba de visitar a su marido detenido, sobre lo cual expresaba:

“Es la tercera vez que lo visito. Dentro de todo está en un lugar tranquilo, con normas de convivencia y  algunos beneficios como poder cocinarse. Puede compartir experiencias de vida y oración con otras personas que están en su misma situación. Eso lo mantiene ocupado, sereno, leyendo, escribiendo y colaborando con el mantenimiento. Pero, en realidad, está muy angustiado por la desprotección en la que quedamos nosotros. Él confía en que tarde o temprano se va a demostrar su inocencia pero le preocupa sobremanera la situación de seguridad nuestra”.

La esposa del docente no oculta su descontento por el hecho de que “a pesar de haber infinidad de videos y testimonios fehacientes de testigos, no hay detenida ninguna persona por los incidentes en casa, con lo cual estamos con muchos recaudos para movernos, sin poder radicarnos en un lugar determinado y con la casa sin poder ser reconstruida”

Además, Fernanda habló de la angustia de Juan porque es hijo único de un matrimonio de personas muy mayores que difícilmente puedan soportar las noticias referidas a las acusaciones a su hijo.

El estado actual de la situación

Respecto de las cámaras Gesell a las menores, que es el tema clave en este momento, Fernanda aclaró la postura de la defensa de su marido. “Venimos trabajando mucho con el abogado y con un psicólogo forense sobre la importancia de que este instrumento realmente sea utilizado como corresponde, bajo estrictos protocolos que permiten que los niños se expresen sin ningún tipo de intervenciones, sin preguntas inductivas”.

Por eso es que propusieron la intervención de una profesional de Rosario que es reconocida a nivel nacional en la temática de Cámaras Gesell. Fernanda expresó su preocupación porque “la justicia no estaría pudiendo dar las garantías necesarias para el proceso”.

En el hipotético caso de que todo se tratase de una falsa acusación, consultamos a Fernanda si imagina qué puede haber movilizado a estas familias a “inventar” semejante historia:

“ Nosotros no conocemos a estas familias. No tenemos ninguna referencia respecto de ellas, algo que es sumamente necesario para poder aportar a la causa, justamente, cuál es el entorno y la realidad de las familias tanto intra familiarmente como en su relación con la comunidad, para poder entender cuál es el origen de este comportamiento”. 

Todo el entorno del profesor insiste  en que no hay una acusación basada en la realidad. “Lo que hay es una mamá que dice que su hija dijo… Pero en las entrevistas de cinco profesionales efectores públicos la niña nunca manifiesta eso. Es  la mamá  la que dice que la niña lo ha dicho. Por lo tanto desconocemos en realidad qué es lo que puede ocurrir en ese entorno familiar. Muchas veces estas denuncias encubren otras situaciones u otras intenciones. Pero la verdad es que no estamos en condiciones de decir cuál es la realidad”.

“Si hay un niño que tiene vulnerados sus derechos, por supuesto que la justicia debe intervenir ya sea que esto ocurra  en la comunidad de la escuela o intrafamiliarmente. Lo que sí nos parece es que no están dadas las garantías para que se puedan sustentar estas detenciones como ocurrió en el caso de mi marido, sin reunir las pruebas necesarias”.

En otra parte de la entrevista, la mujer insistió en un punto que ya fue marcado por la defensa del profesor: 

“El espacio del Jardín donde se hace educación física es un patio abierto con un tejido que da a la calle y otro tejido que da al patio del secundario. Ni siquiera existe la posibilidad de que se ocultara un hecho tan aberrante si no hay posibilidad de intimidad en ese espacio donde se dictan las clases”. A su vez, Fernanda afirmó que toda esta situación generó lo que seríaun efecto contagio que es casi del libro. A partir de un hecho así, aparecen luego otros relatos similares. relatos que incluso son inconsistentes en cuanto a en qué  espacio se desarrollaron, en un momento en el que se venía trabajando con protocolos muy estrictos respecto al trabajo con los niños, al contacto que pueden tener entre sí y con los docentes, donde se mantiene la distancia, donde se han  adaptado todas las actividades de todas las áreas pero, especialmente, en educación física, para que haya el menor contacto posible”.

FOTO: Marcos Barceló, abogado defensor del acusado.

 

En el plano personal, la entrevistada compartió un poco sobre la situación que su familia está atravesando actualmente.

“Juan tiene veinticinco años de docencia, en una vocación que no solamente desarrolló en el ámbito de la escuela sino también en espacios informales como catequesis, los payamédicos y otros espacios”.  Ese es uno de los principales argumentos de la defensa del docente, que recibió un sinfín de cartas de apoyo de la más diversa procedencia. Dice Fernanda que, de un día para el otro “ me encontré ante una realidad que jamás hubiera imaginado, pero que me abre también los ojos a la situación de muchas otras familias, de otros profesionales, de muchos otros docentes que, tal vez con mayor silencio, están atravesando  lo mismo. Algunos un año y medio esperando un juicio.”

“ Y yo me pongo a pensar frente a todo esto ¿qué nos está pasando realmente como sociedad?  Es increíble que podamos encontrarnos con la vida deshecha de esta forma. No es fácil reconstruir  la vida después de esperar en prisión una absolución ante semejante denuncia que seguramente va a salir en la última página de un diario”

En caso de que todo “termine bien”, por así decirlo, Fernanda piensa que es difícil saber si su esposo algún día podrá ‘animarse’ a estar otra vez frente a alumnos. “Es tremendo pensar que la vida de una persona puede destruirse de esta forma.”

Finamente, Fernanda refuerza su postura y deja cuestiones para la reflexión general:

 “Yo creo que hemos avanzado muchísimo respecto de escuchar a los niños para develar situaciones de vulnerabilidad en que se encontraban, pero es triste ese péndulo en que se mueve generalmente la sociedad en búsqueda de derechos”.

“No podemos olvidar la ecuanimidad, el sentido común y la justicia para todos. No se puede hacer justicia en desmedro de otros, llevándose puestos la vida, la profesión y el trabajo de otros. Debemos encontrar un término medio para que la protección de los derechos del niño no vulnere de una manera tan atroz los derechos de los docentes, en este caso”

“No basta que una mamá diga que su niño dijo determinadas cosas para que se destruya una familia entera, para que se vulneren los derechos de otros niños como los de mis hijos que se vieron expuestos a una situación de extrema violencia, inimaginable en sus vidas”

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