El vínculo de la barra de Boca con el asesinato del arbolito.

Sobre el cierre del horario de comercio en la peatonal de la ciudad de Santa Fe se desarrolló un increíble operativo policial tras encontrar un cadaver en el depósito de un local de indumentaria. Escándalo, aglomeración de gente, detenidos y un llamativo hermetismo de las autoridades. ¿Qué se sabe del crimen en el microcentro?

Hay una línea de información clara, que es la que se compone por comunicados de la fiscalía y la polícia hacia la prensa, que da cuenta de detalles generales de la cronología de la causa y poco más; pero con el correr de las horas comienzan a circular datos, sospechas y suposiciones que correrían el eje de la investigación.

Carlos Alberto “Pelusa” Farías estaba desaparecido desde el miércoles 21 de Febrero. La última comunicación que tuvo con su familia fue en horas de la siesta, antes de ingresar a un comercio de la peatonal santafesina. Con el correr de las horas sus familiares se preocuparon y, cuando a las 1 am del jueves 22 de Febrero, Farías se comunicó con su familia por Whatsapp, sin foto de perfil, con errores de ortografía y mensajes extraños, radicaron la denuncia de paradero.

El viernes 23 de Febrero la Fiat Toro en la que se desplazaba la víctima apareció en un estacionamiento privado del microcentro de la ciudad. Con el correr de las horas los empleados del un local que vende indumentaria masculina y femenina, dieron aviso al 911 de la presencia de un olor nauseabundo.

Hacia las 20 hs. del viernes se dio el despliegue de un gran operativo policial en la esquina de San Martín y Eva Perón. Encontraron un cadáver en avanzado estado de descomposición en un depósito del comercio, y los familiares fueron convocados al lugar o se presentaron espontáneamente para dar reconocimiento al cuerpo. Sin lugar a dudas era “Pelusa” y por lo que pudieron constatar a la llegada del médico policial y el estado de la escena, fue asesinado a martillazos.

Recién allí comienzan a conocerse algunos detalles más, de los que antes no se hablaba: Carlos Farías trabajaba como arbolito en la típica esquina de San Martín y Tucumán, donde se suelen ubicar masculinos a comprar y vender dólares y otras divisas extranjeras. Era más conocido de lo que parecía.

Luego de retirar el cuerpo del comercio llevaron en calidad de detenidos a un hombre y una mujer, ambos de 32 años y dueños del comercio. La mujer, cuyas iniciales son C.S., es oriunda del norte provincial y es ex pareja del otro detenido, cuyas iniciales son L.C., que es fanático del fútbol y participa en la peña de la 12 en Santa fe. Este último no solo mantiene relación con la barrabrava de Boca sino que tendría vínculos con un grupo narco; e incluso se comenta por varias voces queel local comercial sería una pantalla o tapadera para fingir que el ingreso de dinero proviene de ahí y no de sus vínculos de ilícitos.

En el día de hoy se sumó un detenido a la causa, un masculino de alrededor de 22 años de edad que sería la nueva pareja de C.S. y que, según se constata en las cámaras de seguridad, habría abandonado el local minutos después de que ingresara Farías y ahora es el nuevo sospechoso del brutal crimen, de manera tal que C.S. y L.C. fueron puestos en libertad.

Los nuevos interrogantes.

Según revelaron algunas fuentes, Farías habría sido convocado al comercio para comprarle dólares y allí sería cuando, sin revelarse aún por qué, fue atacado a muerte con martillazos. Con este nuevo panorama resulta llamativa la liberación de los primeros 2 detenidos y se abren muchísimos interrogantes.

¿Sólo el joven de 22 años participó del ataque? ¿Quién era el interesado en comprar los dólares?

Es un saber popular que en zonas céntricas de las grandes ciudades del país los arbolitos suelen hacer uso, por favor o por convenio, de locales y comercios de la zona para realizar grandes transacciones. Teniendo en cuenta este dato, ¿era ésta la primera vez que ingresaba Farías al comercio o tenían algún tipo de arreglo para que el hombre utilizara el depósito del local durante su jornada laboral?

Los cierto es que, independientemente de la investigación policial que se realice para esclarecer el vínculo de Farías con el dueño del comercio, el acontecimiento de un crimen tan grotesco podría poner en foco a un eslabón del negocio de los barras y la cadena del narcotráfico, que además es señalado por servirse de una imagen falsa en pleno centro de la capital santafesina para el lavado de activos.

 

 

 

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