Estafa digital en Santa Fe: pidió un préstamo millonario con pocos clics y vació la cuenta de un bar
Una exempleada está siendo investigada por haber accedido ilegalmente a la cuenta de Mercado Pago de un bar en Suipacha al 2300. Aprovechando un préstamo preaprobado, transfirió $6,7 millones a cuentas personales y dejó un fuerte perjuicio económico. La Justicia logró frenar el cobro del crédito y avanza en una posible captura internacional.
Una grave estafa digital sacudió a un conocido bar de la ciudad de Santa Fe, cuando una exempleada, aprovechando accesos previos y medidas de seguridad laxas, logró ingresar al sistema de Mercado Pago de la empresa y solicitó un préstamo de $6.700.000, que luego desvió hacia cuentas particulares. El hecho ocurrió el sábado 19 de abril por la noche, cuando el local estaba cerrado al público. Según detalló el abogado de la firma damnificada, Agustín Stratta, la mujer utilizó una llave que no le correspondía para entrar al bar y, una vez adentro, accedió al dispositivo con la sesión iniciada en la aplicación de Mercado Pago.
Una vez en el sistema, la implicada modificó la contraseña, activó un crédito preaprobado a nombre del bar y lo transfirió rápidamente a su cuenta. La operación fue descubierta el lunes siguiente, cuando los propietarios se dieron cuenta de que no solo se había gestionado un préstamo sin autorización, sino que también se habían sustraído $300.000 en fondos líquidos de la cuenta.
La investigación avanzó con rapidez. Gracias a las cámaras de seguridad del local y al rastreo de movimientos bancarios, se logró reconstruir el trayecto del dinero: desde una cuenta intermedia hasta una de titularidad directa de la acusada. Pese a que ya no formaba parte del plantel del bar al momento del hecho, su vinculación con el caso fue inmediata. La mujer se encuentra actualmente fuera del país, pero ya se emitió una orden de detención nacional, y se evalúa la posibilidad de solicitar su captura internacional.
El letrado Stratta remarcó la falta de controles rigurosos por parte de Mercado Pago al otorgar este tipo de préstamos: “Se otorgan con solo un par de clics, sin reconocimiento biométrico ni verificación de identidad robusta. Eso permite que una persona con acceso físico al dispositivo pueda gestionar créditos sin el consentimiento del titular”.
Aunque la empresa de pagos digitales no es considerada parte de la maniobra delictiva, desde la defensa plantean que el caso pone en cuestión la seguridad del sistema: “Las billeteras virtuales, al no contar con las estructuras tradicionales de los bancos, requieren revisar y reforzar sus métodos de control y autenticación”.
Gracias a la celeridad de la fiscalía y al aporte de pruebas clave —como capturas de pantalla, registros de la aplicación y grabaciones de video— se logró aplicar una medida cautelar que suspende el cobro del préstamo a la firma damnificada. Sin embargo, el proceso judicial continúa.
“Esto no fue un error ni una falla técnica. Hubo suplantación de identidad, manipulación de fondos sin autorización y una clara intencionalidad de daño. Es un delito digital que sienta precedente por su tratamiento judicial ágil y firme”, concluyó el abogado.