El pastor evangélico Antonio “Tito” Aguirre (70) fue condenado este lunes tras un juicio oral y público que se llevó a cabo en tribunales y en donde fue juzgado por el abuso sexual de siete niñas que asistían a una congregación cristiana que funcionó sobre un establecimiento ubicado en avenida Gorriti al 4600 de la ciudad de Santa Fe.

La sentencia fue por unanimidad y estuvo a cargo de un tribunal conformado por los jueces Pablo Busaniche (presidente), Sergio Carraro y Pablo Ruíz Staiger, quienes impusieron una pena de 25 años de prisión efectiva tras declarar a Aguirre autor penalmente de abuso sexual simple (en dos hechos); abuso sexual gravemente ultrajante (en tres hechos); y abuso sexual con acceso carnal (en dos hechos), todos agravados por su condición de ministro de culto. En tanto, en dos casos, los jueces consideraron que el pastor cometió corrupción de menores y amenazas.

El monto de la pena fue inferior al que solicitó la fiscal de la causa, Alejandra Del Río Ayala, que en su alegato de cierre, realizado el pasado viernes, pidió 40 años de cárcel para Aguirre tras imputarlo de los abusos ocurridos entre 2015 y 2017.

Pablo Busaniche, juez penal de tribunales.

El juicio comenzó el pasado 23 de mayo en la sala 1 del subsuelo de tribunales, al cual Aguirre llegó detenido, con prisión preventiva, luego de haber sido detenido el 27 de octubre del 2019 en la ciudad de Puerto Iguazú (Misiones), localidad que eligió para ocultarse tras haber sido denunciado por los abusos de las menores en la ciudad de Santa Fe.

Dicha detención, tuvo la particularidad además de que se dio cuando el pastor, estando evadido de la Justicia, se dirigió a un establecimiento educativo para efectuar el voto. En ese contexto, fue reconocido y privado de su libertad y luego puesto a disposición de la Justicia.

Tras haber sido trasladado a Santa Fe, el líder espiritual fue imputado por los abusos de las niñas, los cuales ocurrieron dentro de la Congregación Cristiana “Pueblo de Dios” de origen paraguayo, y en un vehículo que utilizó el hoy condenado para llevar a las niñas a repartir por la región.

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